PARA PENSAR...

Diez y siete días estuvieron los mineros chilenos a setecientos metros bajo tierra. No sabían si en la superficie sabían que estaban vivos. Tenían provisión alimenticia para 48 horas. En la superficie no tenían ni idea de en dónde se encontraban... si es que estaban vivos...
¿Como hubiera sido su vida si hubieran tenido que vivir bajo tierra más tiempo del que estuvieron? ¿Qué hubiera sucedido si con ellos hubieran quedado sus esposas?
Le invito a pensar...
 Cuando los encontraron a través de la sonda que introdujeron en la superficie, tuvieron la oportunidad de recibir comida y bebidas, pero era un tubo de unos doce centímetros de diámetro. Imaginemos que hubieran tenido que quedarse a vivir bajo tierra... Cada esposo con su esposa. Hubieran tenido que buscar la forma de hacer apartados en la cueva donde quedaron después del derrumbe. Al poco tiempo, cada una de las parejas seguramente ya tendrían su vida formada. Se hubieran conformado a vivir bajo tierra todo el tiempo que fuera necesario. No les faltaba nada: Por la sonda les bajaban comida y bebida. No necesitaban más ya que todos tenían las mismas cosas. Ninguno de los demás tenía más que los otros. Hubieran nacido algunos niños. Esos niños jamás habrían conocido un mundo diferente. Nacieron en la cueva y allí han vivido siempre. La comida no sale de la tierra sino viene de "lo Alto". Alguien les manda los alimentos diariamente. El agua viene "de arriba" y no por tuberías. Sus padres les han contado la historia del por qué están allí. Mueren los padres y queda la primera generación. A su vez, se casan entre sí y nacen otros hijos. Estos niños no conocen la TV, los Ipods ni los juegos electrónicos. No conocen los celulares. Todo lo que necesitan para vivir se reduce a tres cosas: Aire, agua y comida. Y esas tres cosas las tienen. "Alguien" se las envía a través de una sonda que llega de algún lugar. No ambicionan nada porque no conocen nada. Sus vecinos tienen las mismas cosas que ellos, así que no hay nada que envidiar. Todos comen lo mismo y beben la misma clase de agua. No hay Evian. No hay cigarrillos, cines ni pizzas...
Pero un día bajan una cápsula con un hombre adentro  y les dice que ha llegado para llevarlos "arriba"... Que ha llegado para llevarlos a casa. ¿Casa? Preguntan incrédulos... ¿Qué es casa? Hemos nacido aquí, nos hemos multiplicado aquí, hemos tenido a nuestros hijos aquí... El hombre de la cápsula intenta convencerlos de que tienen que ir arriba. Que sus familias les están esperando. Que les están preparando un banquete para que lo disfruten... ¿Banquete...? ¿Qué es un banquete? Recuerde que estamos hablando de una cuarta o quinta generación que heredaron la cueva de la mina derrumbada...
Cuando el hombre de la cápsula convence a algunos, empiezan a subir uno por uno... Pero, antes tienen que ponerles lentes especiales pues nunca han visto la luz del sol... ¿Qué es Sol...?
Ya se imaginó de qué estoy escribiendo... ¿verdad? Nosotros, como los mineros chilenos, estamos viviendo en esta "cueva". Alguien nos vendrá a traer para llevarnos a casa... Y en ese momento veremos El Sol...

Comentarios

  1. Gracias Papi por recordarme que mi sustento biene de mi padre celestial, esto me hiso bajarme de la nube esperando que un dia Dios me dara trabajo y yo daria||||||||||||||||||1
    para la comida craso herror asi con h.
    Gracias por dejarse usar por el Señor y darme muchos ejemplo.

    DIOS BENDIGA SU VIDA Y LA DE MAMI. su hijo



    victor tirgueros

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  2. Pastor, este post no lo había leido, está buenísimo, que analogía más hermosa la que usó, de verdad que me ha gustado, lo felicito.
    Eduardo González

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