ESPECTROFOBIA

Miedo a los espejos. Quien padece este síndrome cree ver en los espejos algo o a alguien que le provoca miedo o alguna clase de terror. Está asociado al efecto Méconnaissance, término francés de la teoría del estadio del espejo de Jacques Lacan. El ego es el producto que se ve en el espejo. Cuando el sujeto está eludiendo algo o teme algo de sí mismo, cree verlo reflejado en el espejo y eso le produce temor. Por ejemplo, en mi país Guatemala, hace años noté algo raro en los velorios: Como no habían aún muchas funerarias para velar a los muertos se hacía en las casas. Pero, mientras duraba el velorio y ocho días después, los espejos los mantenían tapados con un trapo o cortina. ¿La razón? Evitar que el alma del difunto se reflejara en él y provocara temor a los deudos. Es decir, mantenían el miedo a que su pariente muerto regresara a aparecerse a cualquiera de ellos para reclamar algo pendiente... ¿Leyenda urbana o verdad? Lo cierto es que siempre hay algo pendiente que arreglar con alguien que se muere. Eso provoca temor a que el muerto venga a reclamar algo que no cumplimos u obedecimos... Ocho días después, con algo aún de miedo, se destapaban los espejos y se continuaba con la vida normal. ¿Qué significa esto para nosotros? Que todos los seres humanos somos espejos... para alguien más. El problema del rechazo, de la crítica, del sectarismo religioso, cultural y otras cosas, es el miedo a vernos reflejados en los otros. Ellos nos hacen ver que tenemos dentro de nuestro ser lo mismo que ellos tienen. Nos vemos reflejados en ellos. Por ejemplo: ¿Por qué los ricos encierran en paredes a los pobres que conviven con ellos en el mismo barrio? ¿No será porque no quieren ver las miserias de los pobres que ellos mismos tienen? De seguro que sí. ¿Por qué hay familias que esconden a los hijos Dawn? ¿No será que les da vergüenza que los vean imperfectos? Sus propios hijos son el espejo de que sus genes no son tan sanos como creen...
Ver a otros y permitir que no nos gusten es permitir que sus áreas grises nos muestren las nuestras. Pero debe ser todo lo contrario: agradecerles hacernos sentir mal y arreglar lo que nos desagrada, no en ellos sino en nosotros mismos. Quizá por eso El jorobado de Nuestra Señora de Paris es tan fascinante para muchos... Porque aún con su joroba y fealdad física, dentro de ese personaje se esconde un diamante de ternura y belleza.
Cuando escogemos enfrentar nuestros desafíos del día con miedo y aprensión, es como poner una antena diseñada para atraer exactamente eso: miedo y aprensión. Y es cuando, durante el día nos encontramos con gentes que nos ofenden solo con su presencia. Porque hemos empezado el día odiándonos a nosotros mismos por nuestras actitudes negativas. Comenzamos cada día con una señal de auto sabotaje. Sin embargo, existe otra frecuencia que transmite la mejor versión de nuestro ser y podemos sintonizar con ésta en cualquier momento que escojamos. Es dándole gracias al Señor por el nuevo día, por nuestra vida, aceptándonos tal como somos, dando gracias porque no tenemos que fingir nada, para no esconder ninguna fealdad es un buen día y ese día será bueno. Encontraremos a nuestro paso gente linda, gente honesta, gente agradable... Porque los agradables, los honestos y los lindos seremos nosotros.
Cuando despertamos cada mañana viendo los desafíos como oportunidades para crecer, cambiaremos nuestra señal a entusiasmo y recibiremos una respuesta entusiasta del universo. Esto no sólo rompe nuestro patrón de auto sabotaje, sino que nos prepara para el éxito.


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NIÑERA Y SUS "BUENAS" INTENCIONES... (Parte 1)

DESATADLO Y DEJADLO IR. (Jn. 11:44)

PASAS Y MANZANAS