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ES PUES, LA FE...
Estas últimas veinticuatro horas hemos sido testigos del rescate de los treintitres mineros chilenos que quedaron atrapados bajo la tierra a cientos de metros bajo la superficie. Ya los habían dado por muertos. Fueron setenta días los que pasaron recluidos a casi setecientos metros de profundidad... Es un milagro. Todo el mundo estuvo atento a sus vidas para saber el desenlace que tendrían esas valientes personas. Sus familias acamparon en el desierto de Atacama donde queda la mina en la que trabajaban sus familiares todo el tiempo que ha durado la espera. En ambos sentidos hubo algo que los mantuvo con vida: La fe.
¿Como lograron mantenerse cuerdos ante tal tragedia? ¿Como fue que no enloquecieron, se deprimieron o se enfermaron? Estuvieron encerrados en un espacio muy pequeño y eso debió aumentar la desesperación. Pero no para ellos... hubo "algo" que los mantuvo esperando: La fe. Algo estaban haciendo allá arriba para rescatarlos. No lo podían ver, pero lo sabían. Sentían en sus corazones que "algo" se estaba haciendo a su favor. Entre los mineros hubo uno que les leía la Biblia todos los días. Oraban juntos, se protegían juntos, esperaron juntos.
Estos mineros nos han dado una gran lección: Cuando hay fe todo es posible. Setenta días bajo tierra, sin ver nada más que paredes de tierra y piedras, mantuvieron viva una sola cosa: La esperanza. Curioso, ¿verdad? El campamento se llama "La Esperanza", allí está situada la mina del mismo nombre. Y ellos estaban en eso, precisamente, no perdieron la esperanza...
Su fe les dijo siempre que los que estaban allá arriba los iban a sacar. Que volverían a ver la luz del sol. Que volverían a abrazar a sus mujeres y a sus hijos. No perdieron la esperanza. Sabían que ellos eran importantes para su país, para su nación, para su familia, que no los iban a dejar morir bajo toneladas de tierra y piedras... que los iban a salvar... Y así sucedió. La TV ha estado transmitiendo el rescate y hemos visto como uno por uno han ido saliendo de la cápsula llamada Fénix 2. Hemos visto lágrimas de gozo, respiraciones de alivio, abrazos y besos. Salieron a flote. Han vuelto a vivir. Resucitaron.
¿Y nosotros? ¿Cuando nos sepultan los problemas? ¿Que hacemos? Cuando toneladas de dificultades se nos vienen encima... ¿hacia donde vemos? Los mineros veían sin ver, hacia arriba. Como dice hebreos... Veían lo que no se veía. Y lo creyeron...
Eso es precisamente lo que debemos hacer los que creemos en un Dios tan Poderoso como el que sacó a la superficie a los mineros chilenos. Si Él pudo rescatarlos sanos y salvos... ¿No hará lo mismo por nosotros? Así que no hay pretexto mis queridos hermanos y amigos... Debemos mantener la fe en las Promesas de nuestro Dios que jamás nos dejará solos. Ya lo prometió y lo cumplirá cuantas veces sea necesario. Cuando vengan las dificultades, cuando los problemas nos quieran sepultar, cuando la enfermedad nos postre bajo su peso y la oscuridad esté a nuestro alrededor, imitemos a los mineros... esperemos, que Alguien está haciendo algo allá arriba. Y, al igual que ellos, veremos la luz, respiraremos aire fresco y volveremos a sonreír...

Comentarios

  1. Amén, amén, amén, gracias esto que escribió es muy fortalecedor para mi en este tiempo, gracias por dejarse usar por nuestro Señor.
    Att. Alex Valle

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