ADOREN PUES... PERO NO MUCHO

Y Faraón dijo: Os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificio al SEÑOR vuestro Dios en el desierto, sólo que no vayáis muy lejos. (Éxodo 8:28)
¿No le parece que es lo que el mundo le dice hoy a la Iglesia? Y, lo peor de todo, es que la Iglesia le ha hecho caso al mundo. A diferencia de Moisés que no aceptó ninguna condición del tal faraón, la Iglesia de Cristo ha aceptado las condiciones del mundo con respecto a su estándar...
Está bien, adoren, pero no mucho. La gente se aburre de tanto "cantar" coritos. Con unos cuantos es suficiente. Solo para calentar, como quien dice... Para eso son los conciertos "de alabanza"... Bueno, ¿son conciertos o son momentos de alabanza? ¿Qué se hicieron aquellos adoradores de saco y corbata? ¿Cómo es que, mientras se hacen de fama, al principio se presentan en las iglesias bien vestidos, como para el Rey, pero luego imitan a los artistas del mundo? Y... ¿por qué los pastores los aceptan así? Bueno, me dijo uno de ellos... mercadeo, pastor, mercadeo...
¿Qué dirá el Señor de esto?  Músicos que al principio se notan consagrados, después de un buen tiempo se empiezan a ver en chancletas, cola de macho, cabello largo, aretitos en las orejas, rayitos de colores en el pelo de la cabeza, barba mal ajustada... pareciera que mientras más "los usa el Señor" más descuidan su presentación. Y su música. Y su santidad. Y su consagración...
¿Y los famosos conciertos? Competencias, diría yo. Competencias de grupos de aficionados. "Alabando" por un sueño... Solo eso nos falta.
Eso fue lo que Faraón  quería que Moisés aceptara...
Santifíquense, pues, pero no tanto. No sean exagerados. No sean legalistas. Dejen que los muchachos admiren a sus íconos cristianos. Que los imiten. Que se vistan como ellos, con pantalones rotos y camisas estampadas con figuras de demonios. Dejen que los muchachos se sientan libres. Que las chicas enseñen el templo del Señor a cualquiera que lo quiera ver... ¿Y aquello de que el Tabernáculo fue hecho con pieles rústicas para que nadie viera lo que había dentro? Pero hoy cualquiera ve lo que hay dentro del Templo de Dios. Se perdió la privacidad entre Dios y el mundo...
La iglesia ha aceptado la recomendación del mundo... Adoren, pero no tanto. Alaben pero no tanto, no sean aburridos. Reúnanse pero no mucho tiempo. Prediquen pero no tan largo. Con veinte minutos de mensaje basta... Lo demás que sea fiesta...
Si Moisés viniera a algunas de nuestras congregaciones... ¿Qué diría? Si se sentara a esperar que empiece el culto y viera como empiezan a llegar los consentidos del púlpito, los hijos de papi que con sus diezmos compran el privilegio para sus chichis...Si viera como llega el líder de "alabanza", coqueteando con las chicas que lo admiran... Si escuchara la música que brota de los instrumentos, los ademanes y los movimientos sensuales... Si escuchara al pastor contar chistes vulgares, insultos a la suegra (pero que no le toquen a su mamita porque...), disfrazarse de santo mientras está arriba pero que al bajar también rebaja su conducta... ¿Qué diría?
Pero una pregunta más dolorosa... ¿Estará Jesús en uno de nuestros cultos a Él?
El Faraón no logró convencer a Moisés, pero el mundo sí ha convencido a la Iglesia.

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