CONVICCIÓN
Job 9:26 “Olvidaré mi queja, dejaré mi triste semblante, y me esforzaré…” Mantener nuestras convicciones no es nada fácil. La vida siempre nos presentará retos y desafíos para que nos olvidemos de nuestros principios aprendidos durante la niñez, especialmente si fueron principios que honran a Dios. Debo aclarar que no es solo para evangélicos. A veces creemos que ser evangélico es convertirse en un paradigma para otras personas, cuando la realidad niega este concepto. Muchos evangélicos han caído en situaciones deshonestas que avergüenzan no solo el Evangelio de Cristo, sino también niegan su efectividad. Los principios y convicciones aprendidas en la niñez no tiene nada que ver con religión. Nuestros padres seguramente nunca cursaron estudios universitarios, no visitaron los grandes templos de la educación ni se aprendieron de memoria los coritos de los himnarios de la iglesia evangélica, pero sin ninguna duda que nos enseñaron que si un gallo entraba a...